jueves, 29 de agosto de 2019

El eterno retorno entre la rabia y la esperanza


¡Carajo! me causa impotencia, rabia y dolor  tanta desigualdad en este infame mundo; quisiera ser  'otro dios' para marginar al que está en turno, sin antes arrebatar-le su poder para bloquear su indiferencia a tantas desgracias humanas. Entonces me sosiego, pienso y siento que mi rabia y frustración, -sí, esa de la que acabo de despotricar- se desvanece cada diario que miro sonrisas desprendidas inherentes a sus tácitos pequeños pero inmaculados corazones, por el simple hecho de vivir su infancia, -retomo- cuando me encuentro con estas sonrisas inocentes, me despiertan la esperanza de amanecer-nos con flores regocijando-nos entre lunas y estrellas, en medio de la equidad humana y quizá, en esa misma tesitura comeremos pedazos de corazones moribundos y remendaremos otros para recibir un mundo mejor.
 Y así, el eterno retorno entre la rabia y la esperanza, acaso para no olvidar los acuses pendientes entre concepto y la praxis, ésta última, como una constante ausente de confirmación.

 ¡Qué mejor esperanza de hacer posible lo imposible! 

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