Oferta
Resulta indispensable mencionar la necesidad de
conocer el contexto de la producción de imagen, para así poder ofrecer su
trabajo entre la desmesurada oferta de fotografía que se ha dado, a partir de
la era tecnológica. Lo cual no quiere decir que se esté formando un juicio de
valor negativo a la apertura digital en la fotografía. En todo caso, a partir
de las nuevas formas de hacer foto, será necesaria la constante capacitación,
tanto del emisor como el receptor de imagen, respetando los principios de esta.
Demanda
En cuanto a la demanda de la imagen se refiere, los
lectores necesitamos una constante apertura al aprendizaje de la fotografía desde su contexto, pero también con relación a la selección entre muchas fotos del mismo tema. No esta demás decir que, de manera `natural´ siempre fijaremos
nuestra mirada a los hechos que nos involucra pero también los que nos
interesa sin la necesidad de estar involucrados.
Lo anterior no es indicativo para que las personas
lectoras, nos hagamos expertas en tecnicismos y expresiones artísticas, -lo
cual sería un ideal-, lo que sí resulta necesario, es que tengamos un
conocimiento general de los acontecimientos dados en el pasado y el presente en esta enorme casa, llamada mundo.
Inequidad salarial como preludio a la debilidad en la
dignidad en el ámbito de la noticia gráfica
En cualquier terreno de las profesiones y oficios, nos
toparemos con la devaluación en la correlación entre trabajo y remuneración. En
el trabajo del reportero gráfico, no es la excepción; la brecha entre lo ‘que
se hace y lo que se recibe como contraprestación´ carece de equidad y, aunque
lo anterior no debería dar pausa para que la producción de la imagen se venda
–ya no digamos `al mejor, sino al peor postor´; es común, que dicha acción se
lleve a cabo.
Binomio de responsabilidades
Aunque seguramente existen otros motivos y personas
responsables en cuanto al desvanecimiento de la dignidad del trabajo como
reportero gráfico; en esta ocasión, me referiré a, los personajes políticos,
como la otra parte generadora de responsabilidad, (además de los
fotoreporteros), respecto a un acto en específico:
<La puesta en venta del material fotográfico>. Pues resulta habitual que
en el mundo de éste, mercadeen su producto. -en este caso- a personalidades
políticas, lo cual no quiere decir que dicha acción sea degradable-, al
contrario, tal ejercicio, -entre otros- correspondería a un hecho consecuente, e
incluso `natural´ en el proceso de
trabajo como fotógrafo.
Lo que se pone en cuestión es que, -en muchos de los
casos- los fotoreporteros, ofrecen su producto a cambio de cantidades casi
nulas, [pueden o no ser justificables los motivos por los que se dé el
ejercicio de `malbaratar´ la producción fotográfica, como por ejemplo; la
supervivencia económica o complemento a su salario. Motivo importante merecedor de un tema, no obstante, en la inmediatez de estas líneas, por ahora, no se tocará.]
Regresando al 'binomio de responsabilidades' arriba mencionado: por un lado, diré que, quien enajena la <foto noticia>, en cantidades `casi regaladas´genera una doble devaluación en la
dignidad del trabajo como fotoreportero:
Primero: respecto a lo material, que, tiene que ver con la
cuestión económica, es decir, su costo, es mucho menor del valor de lo producido. No obstante, también se devalúa la producción misma; ya que al
ejecutarse dicha enajenación en esas condiciones, la fotografía ofertada se expone (en un primer momento) a cuestionamientos de calidad, mimetizándose entre la multitud; aunque lo interior, no necesariamente corresponda a la realidad y,
segundo; se devalúa al sujeto productor de la imagen; dado que
no cuestiona las formas y condiciones del acto del que esta siendo
protagonista, en el ejercicio de la oferta y demanda de su producto.
En tanto que, quienes aceptan la `contra-prestación´
-en este caso-, los personajes políticos- al concretarse el acuerdo de
compra-venta (en las condiciones de las que estamos hablando), visibilizan el
nulo reconocimiento que la atmósfera política le da, al trabajo del fotógrafo, minimizando así, la labor, de quienes producen la imagen en
cualquiera de sus clasificaciones.
Paradójicamente, los políticos quienes deberían propiciar historias de
bienestar común, soslayan permanentemente (como muchas otras cosas), la tan importante
acción de la fotografía en cuanto a la noticia se refiere, siendo la imagen, una de las
piezas principales, que perpetúan los hechos que hacen historia, nada menos que
eso.
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