Las evidencias del crimen estaban ahí, listas
para ser parte de la investigación, sin embargo, la lluvia que acompañó la
noche sorprendió la escena del crimen haciéndose presente;
en cuestión de minutos desapareció toda pista que podría dar con los homicidas,
el agua insistía en desaparecer cualquier indicio del crimen, y así, logró
limpiar el cuerpo y con él, la calle donde perecieron; sin embargo, lo
único que no logró, fue llevarse el amargo olor a muerte.
Lluvia, -cómplice
involuntaria- aun cuando tu ausencia hubiera resplandecido esa noche, no
hubiera pasado nada... nadita. Lo que pasa, es que aquí en México... nuestro
México, NUNCA PASA NADA
evidencias del crimen Foto: MPR
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