domingo, 18 de agosto de 2019

Rodrigo Gonzalez - No tengo tiempo (de cambiar mi vida)

Reina asfaltada en donde se gestan sueños y realidades, realidades que insisten en mutilar los tejidos esperanzadores que nos impulsan a la terquedad hacia mejor… utopías pretenciosas, pero jamás combatidas, pero sí combatientes; pensamientos híbridos que entretejen nuevos mundos, ¡ah pues bienvenido lo desconocido!  ¡bienvenidas las diferencias!, de lo contrario estaríamos locas/os y pálidas/os, hartas/os de ocio, - ¡alerta! ¡peligro! - (si de por sí, estamos como estamos) bueno, loca/os permanecemos… ¡bendita locura que desnuda nuestra esencia.





miércoles, 14 de agosto de 2019

BORRADOR: Mini introducción de la danza desde la anatomía.


Asombra cómo la evolución del hombre ha sido lineal y encaminada a la perfección, me refiero “lineal” en su sentido gradual de transformación desde la separación del animal irracional a  hombre (como animal racional): “…el hombre es el producto del desarrollo gradual del mundo animal, que su origen es animal” (Leontiev, 2013), a partir de esta separación, ciertamente en su evolución ha tenido permanentes transformaciones y modificaciones, no obstante ninguna de ellas que se separe en otra especie que la diferencie del ser humano, con lo anterior, me refiero al proceso evolutivo lineal del hombre.
Como sabemos, el sentido racional, fue el factor determinante para que el animal ausente de raciocinio, se categorizara como ser humano, y con ello, las funciones del cuerpo son determinantes para el movimiento, cuya insignia obedece a situaciones fundamentales, por ejemplo, el esqueleto permite el sostenimiento corporal, los músculos protegen al esqueleto y hace que la movilidad, -por decirlo- tenga calidad y limpieza en el cuerpo humano. dos factores importantes que se relacionan íntimamente con el arte, y que se da a través de la evolución humana es la percepción y sensibilidad, características propias de la danza (y de las demás manifestaciones artísticas).  La danza categorizada en el arte,  es actividad crucial -al igual que otra expresión artística- en la sociedad, ya que posibilita -entre otras cosas- expresiones cotidianas que se gestan desde su propio espacio, retomando  el pasado, presente y evocando el futuro. Edward T. Hall, refiere a las “prolongaciones pasadas” (Hall, 1969), que no es otra cosa que entretejer dancísticamente situaciones sociales que van permeando en el tiempo.
En la disciplina de la danza, Barba, refiere a la existencia de las técnicas cotidianas y extracotidianas (Dallal, 2012) en este sentido el bailarín, al ejecutar cualquier movimiento, lo está haciendo desde cualquiera de las dos técnicas. El movimiento del cuerpo en esta disciplina resulta la “materia prima” (Dallal, 2007), es por eso que, en la ejecución, todo bailarín debe tomar prevenciones para el buen funcionamiento de su cuerpo, además de evitar lesiones que éstas van de ligeras a extremas. Generalmente, podemos relacionar las lesiones ligeras con la inadecuada técnica cotidiana, y lesiones de medias a graves desde la técnica extracotidiana, no obstante, no quiere decir que esa sea la regla, habrá situaciones en donde éstas se combinen. Es menester comentar que las lesiones que el bailarín tiene, no todas son su responsabilidad, es muy común que el artista, tenga lesiones ocasionadas por factores externos, por ejemplo, el medio ambiente o las condiciones en el espacio que se van a presentar no aptas para su ejecución...

Breve reflexión a la danza folklórica, en clase “Técnica de la Danza Folklórica” con el maestro Omar Rojas



La danza como forma de movimiento corporal, se mimetiza entre las relaciones interpersonales que el ser humano va construyendo desde su cotidianidad, no obstante, su lenguaje desde el arte, significa un todo corpóreo en donde el vaivén rítmico, arrítmico, simétrico y asimétrico, resignifican el sentido de pertenencia desde otro espacio que no es la realidad, aunque sí, la espejea sincrónica, diacrónica y anacrónicamente, en el tiempo y el espacio.
En general, la danza posibilita el empoderamiento del sujeto y se transforma de tal manera que, bailar degusta la sensación de libertad en un contexto escénico, y dicha sensación, acaso, acude al sentido irracional en su modo placentero.
La relación de la danza folklórica mexicana con su entorno social, hace virarnos al folklor alrededor del mundo, cuyo común denominador es, el entrelazamiento de sus culturas, es decir, la idea de pertenencia en su espacio vivencial y en donde se gestan interlocuciones en permanente para la construcción de sus propias costumbres. La danza folklórica -quizá- cuenta con esa distinción que la hace diferente entre otros tipos de danzas (ballet, contemporáneo, experimental), sigo con este hilo para comentar que, bailarlo simboliza una integración de varios factores: La técnica (la mayoría de las danzas la tienen), el sentido consciente o subconsciente del origen del folklor, lo cual hace justificar el empoderamiento del cuerpo en la ejecución del baile desde otra perspectiva, que tiene que ver con la relación cultural en la sociedad, pero al mismo tiempo el escenario, la coreografía, el vestuario, incluso las relaciones entre los bailarines en el acto, hacen fortalecer esta idea de pertenencia e identidad en su producción escénica, por lo que, en ese sentido,  también se gesta cultura en el acto artístico.
Vivir la danza folklórica hace transportarme al maestro Omar Rojas, una persona profesional interdisciplinaria en el arte, y a propósito de la idea de pertenencia y empoderamiento, él, es el vivo ejemplo de ello. Lleva en sí mismo, el gusto natural por bailar y transmitir sus conocimientos, lo anterior traducido en la pasión que seguramente afirmó desde su propio aprendizaje (me imagino que así fue), pero también como bailarín y desde luego, en la pedagogía. Omar se traduce en la integración sistemática desde la disciplina teórica y práctica, sin soslayar su impregnada pasión. La experiencia que tuve en sus clases, sin duda, es la misma en muchos alumnos que han pasado por su aula; uno llega a sus clases con una idea diferente, quizá pensando que también tenemos gusto, disciplina y pasión, -seguramente sí, pero desde otro perspectiva- no obstante, cada clase que tenemos con él, hace que deconstruyamos esa idea para reconstruirnos en otra manera de ver la danza, esa, como la que les conté antes.
El primer módulo fue satisfactorio por lo aprendido, incluso surgieron varios cuestionamientos sobre la danza folklórica: desde la ejecución y la teoría,  encaminados éstos, a cómo ser mejor cada día en esta disciplina con, la referencia del maestro Omar y los demás maestros que nos compartieron su conocimiento, los que espero sigamos encontrando en el camino y por qué no, también con la referencia del maestro Zamarripa, y de otras personalidades que se han empeñado en vivir la danza desde otras realidades.
Termino comentando que la sistematización y profesionalización en la danza, es una premisa para el arte, y eso, en parte, nos lo transmitió el maestro Rojas.

miércoles, 6 de marzo de 2019

Nota mental...

A propósito de la Biopolítica... 
En tiempos neoliberales, 'voluntad política' se traduce en favorecer los intereses económicos (¡claro! de los peces gordos), entonces me pregunto: ¿acaso lo anterior escrito, es el mayor obstáculo para que se cristalicen las postulaciones científicas para la permanencia armónica entre la naturaleza y la humanidad? 
Mientras tanto, lo que tenemos como pequeños cambios en este tema es, -en efecto- puros paliativos (por lo menos) traducidos en la siempre insistencia de la resistencia humana -no todos, pero sí, muchos- por mantener el equilibrio entre 'la reina de la selva asfáltica (la humanidad) y la naturaleza cada vez más desprotegida."
Sin embargo, -y apelo- al Dr. Luis Tamayo en el Coloquio de "Movilidad y Transporte" realizado en, 'El Colegio de Morelos' hace unos meses: "No dejemos de soñar" a lo que agrego: además de luchar por un mundo más verde.

domingo, 9 de julio de 2017

Globalización y transnacionalización. Perspectivas antropológicas y latinoamericanas, de Gustavo Lins Ribeiro

Gustavo Lins Ribeiro, expone tres objetos de estudio necesarios para entender la modernización que estamos viviendo, (modernización, entendida como idea de avances tecnológicos y cambios radicales que inciden en las diferentes vivencias de las personas): “globalización y transnacionalización”: pero además, a partir de sus significados y diferencias los entrelaza con un sentido antropológico, de tal manera que su estudio lo va desarrollando paralelamente con conceptos que arroja dicho avance tecnológico: “lo imaginario y la virtualidad” con el objetivo de conocer y entender nuestras realidades y sus alcances. Por último, una vez expuesto lo anterior, relaciona lo estudiado frente a diversas situaciones que tienen que ver con la política, los mercados, y los aspectos culturales simbólicos, en Latinoamérica. 

En un primer momento, es importante decir que la “globalización se relaciona con la expansión planetaria de la economía política capitalista. Es el proceso de creación de la base tecnológica y económica” (Ribeiro, 1996, pag.2.) , pero también dice el autor, que tiene que ver con el “proceso histórico, económico tecnológico” (Ribeiro, 1996, pag.3.) entonces, una vez dadas las condiciones de la globalización se puede hablar de “transnacionalización” cuyo significado según Lins “es la posibilidad de construir por ejemplo, una concepción de nosotros como miembros de una sola unidad: el planeta –globo” (ídem). La globalización genera y obliga a las sociedades a tener cambios, éstos son logísticos, es decir, desde la ‘territorialización” (lugar), pero también dice el autor, son desde la noción de identidad, lo cual tiene que ver con lo cultural. Algo no menos importante es la aparición de ”nuevas formas de poder y de exclusión” (ídem).

La relación que hay en la globalización del capital financiero derivado de la “industria, la migración transnacional y los flujos masivos de información planetaria, el espacio y tiempo” (Ribeiro, 1996, pag.4.) generan movimientos -como lo ante mencionado- en diferentes cuestiones y contextos, por lo que resulta necesario repensar dichos fenómenos, dice Ribeiro. Para ello, resalta la importancia –además necesaria- de dos conceptos: “espacio y territorio” El primero tiene que ver con “lealtades políticas” las cuales, refiere a que están limitadas por el territorio; yo diría que tiene que ver con la practicidad en la manera organizacional de las sociedades en cuanto a cada nación y, en este sentido son exclusivas. Por su parte, el espacio, visto como “unidad espacial” tienen que ver con la idea de pertenencia y lo que conlleva ésta, es decir, “construcciones culturales, políticas históricas.” Considero que su relación es con lo intangible, que tiene que ver con formas de organización, modificación y reestructuraciones ideológicas. A diferencia del territorio, el espacio o mejor dicho lo que se genera en él, es inclusivo.

Para ir delimitando este trabajo, el autor hace una conjunción entre una de las condiciones que se dan en la globalización (espacio) y el concepto inicial que diferencia a la globalización: “espacio del transnacionalismo” Refiere el autor que dadas las condiciones de cambio, es decir, nuevas formas de organización “ponen en peligro las lógicas preexistentes” en cuanto a la inclusividad. He aquí, en donde Lins hace una distinción entre el sólo “espacio” y “ el espacio del transnacionalismo” pues afirma que dicho espacio “solamente puede ser concebido como una red difusa o diseminada” (ídem) Nos hemos estado enfrentando a cuestiones impensables hace tres décadas, como es la aparición de ciberespacio y como consecuencia de ello la cibercultura. De ahí que la distinción que hace Lins acerca del espacio del transnacionalismo tiene que ver con que, “el nivel transnacional de integración, no corresponde a realidades espaciales” (ídem), es decir que, “un nuevo dominio de contestación política y ambiente cultural, que no son equivalentes al espacio como lo experimentamos” (ídem). 

Parte de la concentración del trabajo que realiza el autor, es el análisis de la “virtualidad” generada por el internet, y la base simbólica de la comunidad trasnacional. En un inicio, las computadoras posibilitan el acceso a internet acompañadas de las redes, y a esto el autor le llama “comunidad transnacional imaginada-virtual-“ éste, fue un factor importante para la creación simbólica de la idea de Nación, en un primer momento.

Lins, hace una clasificación desde la red global de computadores, para lo cual sostiene una base “tecno-simbólico de la comunidad transnacional” especialmente en relación a la emergencia de su cultura y espacio propio” (Ribeiro, 1996, pag.5.). Hay una división inicial de conceptos, una se refiere a los asuntos técnicos y avances de inteligencia artificial” y la otra, la cual me parece que representa mayor importancia por su complejidad antropológica: “la biotecnología” de ahí deriva el concepto “ciberespacio” dice el autor que “se refiere a las redes y sistemas crecientes de medios ambientes mediados por computadora {…} propiciando situaciones de realidades reales virtuales” 
Tal es así que, retoma el concepto de “virtual”. Como es sabido, en la actualidad dicho término nos resulta común, a lo que el autor agrega lo que pareciera una imposibilidad: “Sensibilidad virtual” como si ésta fuera una característica humana, y para justificar lo anterior, es necesario ligar la virtualidad con lo transnacional, es decir, sentir una realidad que no es. Podemos transportarnos de un lugar a otro a través de las redes sin movernos de nuestro espacio físico; pero no sólo eso, vivimos dicho viaje. ¿Cómo es posible esto? “La relación entre imaginación, virtualidad y lo real, es compleja y necesita ser vista como una relación de tránsito y no de oposición. La realidad estimula imaginación, las cosas imaginadas pueden tornarse realidad a través de simulaciones virtuales, {por tanto} la virtualidad influencia el mundo real y así en adelante”. (Ribeiro. 1996, pag.6.) Lins lo llamará “hibridización” 

Es interesante ver cómo, Gustavo Lins, señala la sensibilidad virtual” realizando una transposición kantiana desde la Critica de la Razón Pura” y para ello afirma que “La imagen virtual se transforma en un lugar explorable” refiriéndose al “espacio” como una construcción a priori interna del sujeto, es decir, ajena a la experiencia y la imagen, tiene que ver con la sensibilidad intrínseca, -de igual manera- desde la construcción interna del sujeto, que a la vez genera conocimiento. 

El autor, hace una crítica a la nula posibilidad -por lo menos hasta al fecha- de decir que el internet esta democratizado, al contrario, hay una desigualdad en la distribución por supuesto, esto tiene que ver con el poder político y económico, dadas las formas de organización en una globalización económica. Pero además afirma el autor que, se van “creando nuevos incluidos y excluidos, consolidando viejas exclusiones o produciendo nuevas”. Otro punto insoslayable y, que por la misma dinámica en que opera la internet aparentemente accesible y libre para todas las personas, es que lejos de ello, las redes necesariamente son controladas por algunos, sí, esos que tienen el poder político y económico. 

En cuanto a las situaciones simbólicas dentro de las redes, todo parece confuso al estar intercomunicándose personas “sin rostro” además refiere Ribeiro que las problematizaciones sociales y políticas se abordan sin profundidad, y sin considerar contextos y conceptos referentes “vinculadas a problemas como hegemonía, dominación, control y la producción de nuevos excluidos” yo agregaría que lo anterior, resulta un buen acomodo a aquéllos poseen el poder. 

Respecto a los resultados de la globalización en diferentes ámbitos, el autor refiere al Tratado del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y, hace una apreciación de algunos beneficios que se arrojan en esta interrelación de países en cuanto a lo político, social y económico y pone como ejemplo a Brasil y Argentina, ya que muchas de sus decisiones financieras derivadas de las comerciales, (industriales y agrícolas) “ya no se pueden tomar {decisiones} sin considerar lo que va a pasar en el otro” (Ribeiro. 1996, pag.10.) hay que mencionar que, el proceso de interrelación entre ambos países tienen diferentes culturas e ideologías que necesariamente se están entrelazando constantemente en su comunicación mutua: lo cual representa un objeto de estudio para la antropología. 

Por otro lado, tenemos el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) –como la representación de la antítesis del ejemplo anterior- que tiene que ver con el “capitalismo flexible” (respecto a la referencia comercial entre Estados Unidos y México), Lins, retoma la llegada de empresas extranjeras maquiladoras en el norte de México haciendo una antesala, a la llegada en cascada de más empresas dispersas en el país. El problema en específico fue “la búsqueda por trabajo barato” convirtiéndose en un factor primordial en las empresas trasnacionales alrededor del mundo.

Concluyo comentando lo interesante que fue leer a Gustavo Lins Ribeiro, quien a partir de dos conceptos que siguen siendo actuales, además de importes, ya que tiene que ver con un sistema político-económico que nos rige en la mayor parte del mundo, como es la globalización y la transnacionalización. El autor hace una disertación en donde refuerza estos dos conceptos desde su propia existencia, tomando su transformación con nuevas implementaciones en los desarrollos tecnológicos, como es la internet. Por otro lado, me resultaron trascendentales sus transposiciones de significados de conceptos al mundo virtual, como por ejemplo, el andamio de la transnacionalización entre diferentes contextos, la argumentación que realiza desde lo abstracto respecto a lo imaginario, el espacio, y lo virtual (entendido desde la tecnología), para así aterrizar en situaciones concretas. El impacto en términos prácticos, como es lo político, económico, cultural y social: lo que nos conlleva un nuevo valor agregado de la globalización; la virtualidad a través del internet.  

viernes, 24 de febrero de 2017

Borrador. México: Política económica

                              





Los antecedentes de la actual política económica en México con relación al comercio exterior, irremediablemente nos hacen virar a la firma del  “Tratado de Libre Comercio de América del Norte” (TLCAN), actualmente llamado: “Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá” (T-MEC) dada la apertura al mercado -en su forma neoliberal- interna y externa, fue un indicador importante, si bien es cierto que tuvo un crecimiento en la economía mexicana también agudizó la debilidad financiera en nuestro país, debido factores que en adelante se comentan. Por su parte el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari auguró crecimiento económico permanente e incluso prometió que seriamos un país de primer mundo. Por lo anterior, es menester señalar la importancia de retomar la historia en materia económica en cuanto a la política nacional.

El investigador y especialista en economía Arturo Guillén, hace un análisis de la génesis de la dependencia que tiene México con Estados Unidos, este, refiere que, “Es un proceso que arranca desde mediados del siglo XIX, y que se desarrolla y consolida durante la dictadura de Porfirio Díaz.”  Para hablar de dependencia económica, necesariamente hay que referirse al mercado de las exportaciones, y quién si no, son los datos estadísticos nos pueden confirmar lo aseverado. Arturo Guillén en su trabajo “20 AÑOS DE TLCAN: SUEÑOS Y REALIDADES” nos muestra la siguiente información que toma de (Bulmer Thomas, 2003) en donde se observa la alza en las exportaciones a Estados Unidos

                  México. Exportaciones 1912       México Importaciones   1912
                                  75%                                               53.90%
      
                                                                   

El punto de partida de la subordinación con Estados Unidos que ha marcado México, -hasta nuestros días- ha sido lineal, dicho de otro modo, la política económica en nuestro país no ha sido modificada desde el porfiriato, ni siquiera el conflicto revolucionario detuvo la dependencia política y económica con el país vecino, considera Guillén. Aún, cuando la revolución mexicana pretendió modificar la política económica para hacer praxis a sus ideales, teniendo como objetivo, el bienestar social.  

“A partir del gobierno de Miguel Alemán, (1934-1968), se abandonó el curso transformador y nacionalista de la revolución {…} se hizo depender crecientemente del capital privado y se alentó el ingreso de inversiones extranjeras.”


Muy importante comentar que, una de las consecuencias de la política económica desde la perspectiva neoliberal que ha implementado México, es el tema de exportaciones (en su mayor parte con Estados Unidos .80%. Lo que se traduce en una importante dependencia) es la concentración de la riqueza económica en unas cuantas personas, en dinero y en especie. En la representación del TLCAN, están los gobiernos de los países de México, Estados Unidos y Canadá; además de empresas privilegiadas potenciales en producción y capital. Al respecto, Guillén considera que uno de los nodos en este tratado es la representación y participación de las grandes empresas oligarcas ante el TLCAN cuyos objetivos se dirigieron a la expansión de sus empresas en territorio mexicano, al mismo tiempo que el gobierno estadounidense se ponía a modo para que en México, las normas y reglas internacionales de regulación de las empresas trasnacionales se dieran de forma laxa.
Los resultados históricos se muestran en diferentes estudios estadísticos, por ejemplo: el reporte anual de Oxfam 2018, informa que, en México, el 10% controla el 67% de la riqueza. De acuerdo a los cuatro últimos reportes anuales de Oxfam México, los ricos se hacen más ricos y las demás personas que no entran en este parámetro: clases medias, pobres y súper pobres, viven en un permanente estancamiento, es decir en un problema de distribución de la riqueza.

La contradicción del breve crecimiento y la firma del TLCAN:

Por otro lado, hay que mencionar que la política económica de libre mercado en México en el periodo de 1985 a 1994, tuvo crecimiento benéfico en el Producto Interno Bruto (PIB); para ello Guillén hace énfasis en no olvidar que la política económica neoliberal, viene antes del TLCAN, por ejemplo, en el periodo presidencial de Miguel de la Madrid (1982-1986) las tarifas arancelarias se redujeron de un 84% al 27%. Con Carlos Salinas de Gortari a finales de su gestoría presidencial, -sin que aún se firmara el TLCAN-, la economía en México también arrojó un alza en las exportaciones en el sector manufacturero: “las maquiladoras y la reconversión de las empresas trasnacionales (ETN) y de los grupos privados nacionales hacia el mercado externo. Las exportaciones totales se triplicaron” (Guillen 2007)    

Exportaciones totales
1983                                                    1993
25,983                                               61,403

Manufactureras
1983                                                    1993
                      24.50%                                       55.80%                                           


Aunque no podemos soslayar el crecimiento que se tuvo en este periodo, resulta importante destacar que no fue capaz de mantenerse, no obstante, en dicho periodo de alza no sólo no se vieron reflejados parámetros de la distribución de la riqueza en beneficio de la población más vulnerable, sino que, paradójicamente, el crecimiento del ingreso per cápita arrojado por el aumento de las exportaciones se concentró en las pocas personas que controlan la mayor parte de la riqueza. Las desigualdades no sufrieron cambios relevantes. Por lo tanto, el crecimiento económico que se tuvo se tornó invisible para la población menos favorecida con dicho tratado.

En 1994, se firma el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, (TLCAN) con Carlos Salinas de Gortari, el cual refiere Guillén que, permitió consolidar y blindar el sendero neoliberal y arrojó la suerte de la economía mexicana a los vaivenes de la estadounidense.


Las promesas no cumplidas:

El TLCAN en apariencia, prometía las mieles del crecimiento económico en México, ya que, con este se generarían nuevos empleos y en consecuencia mejor ingreso a la población mexicana, traducido en una calidad de vida digna. Pero, además, este tratado prometía la disminución de la migración humana al país vecino, pues las personas ciudadanas tendrían mayores oportunidades laborales dentro del país, de tal manera que no habría la necesidad de ir tras “el sueño americano”. Así, Carlos Salinas de Gortari, prometería al pueblo mexicano, llegar a ser una nación de primer mundo.
Fueron muchas las expectativas y pocos los resultados positivos convertidas en esperanzas frustradas, ¿qué fue lo que pasó?

Dice Guillén:

“Las ETN estadounidenses encontraban en el TLCAN, un instrumento para elevar sus niveles de competitividad en relación con otras regiones del mundo (Europa y Asia, principalmente) mediante el aprovechamiento de los bajos salarios y las normas ambientales laxas existentes en México {…}   El capítulo XI del TLCAN que norma el tratamiento a la inversión extranjera, significaba para México, renunciar a cualquier posibilidad de establecer una política industrial”



Ley migratoria inconclusa el acomodo de EU en materia de seguridad:

En el contexto del TLCAN, se constituyó la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN) creado en Texas en marzo de 2005 (Guillen, 20017).  Uno de los objetivos principales de México fue, la concreción de un acuerdo de migración que permitiría la legalización de la residencia de los trabajadores en aquel país, situación que hasta la fecha no se ha concretado.

En el marco de las idóneas relaciones internacionales entre México y Estados unidos, este último, en su histórica figura de considerarse un “país omnipotente” -se acomodó de inmediato-  cuando Felipe Calderón, presidente de México (2006-2012) le declaró la guerra al narcotráfico y con ello “la estrategia global estadounidense, asumió que la lucha contra el narcotráfico es equivalente al terrorismo, lo que permite a policías y agencias de seguridad de EU a operar en territorio mexicano” (Guillén, pag.7)
Imposible soslayar que la guerra contra el narcotráfico, causó un “alto costo humano” por decir algo: más de 121 mil muertos fue el saldo que dejó la “guerra contra el narcotráfico”, (<...el saldo de la narcoguerra...> en Revista Proceso, 30 de Julio del 2013), y las desapariciones en el periodo 2006 al 2014, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) fueron 22 mil 322 personas. (El Economista, ago. 21, 2014)

Sin remedio ante dicho escenario (por lo menos hasta el año 2016) el gobierno mexicano puso fin a un posible modelo de desarrollo interno, convirtiéndose en el modelo que prioriza el mercado externo. Ahora bien, a partir de 2018 en adelante habrá que ver las directrices económicas que marcarán la representación política mexicana, particularmente con el cambio de gobierno actual, que tal parece que sus referencias políticas económicas van encaminadas -además de mantener el comercio externo- a fortalecer el mercado interno. Por otro lado, el gobierno de Estados Unidos representado por el republicano Donald Trump, refleja un escenario incierto en las relaciones con México, dado que sus políticas anunciadas, atentan en directo en contra del bienestar de los mexicanos; por ejemplo, las condicionantes que Trump pone a México en temas sociales ligados a las relaciones comerciales, por ejemplo: migración y aranceles.

Guillén, también menciona otro punto que no ha permitido crecer a nuestro país es, el endeudamiento que México adquirió en los años setenta con la banca internacional, esto se dio en el periodo de Luis Echeverría (1970-1976) y José López Portillo (1976-1982), cuya justificación del pasivo nacional fue para mantener y posibilitar el crecimiento económico. Lo anterior, tuvo consecuencias internas en diferentes ámbitos: en lo económico padeció la liquidez y las tasas financieras se modificaron en perjuicio de la población; desde lo social, se reflejaron diferentes manifestaciones de descontento a las modificaciones económicas además de la insistente dependencia del ahorro externo, (las inversiones extranjeras se mantienen en el mismo lugar bajo la garantía de una estabilidad económica social, en el caso de este periodo, dicha estabilidad se desfavorecía) desencadenando lo que se llamó: ‘la crisis de los ochenta’. No obstante, con los acreedores internacionales llámese el Fondo Monetario Internacional (FMI), inevitablemente México se inauguró como uno de los países dependientes más álgidos con este organismo financiero; poniéndose así el gobierno mexicano al servicio de los intereses de esta institución internacional dirigida por Estados Unidos.



Mi comentario, como forma de conclusión. Como vemos,  la forma de gobernar en cualquier Estado es fundamental para el engranaje del tejido social económico-político y, aunque este trabajo tiene que ver –en principio- con un enfoque económico , vemos que es imposible dejar de mencionar aspectos que entretejen modos de vida de las personas, (aspectos sociales) ya que a partir de ello, serán reflejadas las consecuencias que se tengan derivadas del  cumplimiento de la premisa en las implementaciones de las dichas formas de gobierno, es decir,  garantizar el `bienestar social’ que por cierto, en México resulta una premisa no cumplida en donde la presencia permanente, es la asimetría en la distribución de la riqueza y en consecuencia, la inequidad social.




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