Excluyo la cadena de la costilla que dicen que soy en el cuerpo de Adán, haciéndome renacer como mujer absoluta.
Con decisión y
estremecimiento, erupciono permanentemente fuego con olor a incienso para mi
territorio físico y espiritual.
Al mismo tiempo, desde mi propia geografía, emano como
árbol abundante con distinción de igualdad humana, recuperando el poder que la
tierra me otorgó y la historia me ha negado.
Ana Cristina.
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